El hueco de un libro marcado por el polvo.
La silueta de un cuadro por el color de la pared.
El vacío de la esencia de una persona. La que marca el territorio. Yo estuve allí, yo viví aquí.
Tan triste es para el que se queda como para el que se va.
No volverá.
No volveré.
Pero siempre queda la esperanza de que lo nuevo sea mejor que lo pasado. Sobre todo para el que se va. El que se queda ve los huecos, las siluetas. El polvo que queda tras la vida de una persona.
Polvo tras la estela del cometa.
1 comentario:
Los huecos que se dejan siempre son peores para el que se queda, el que ahora conduce sólo sin copiloto, el hueco en la almohada....siempre es peor para el que se queda para el que se va; sobre todo porque el que se queda no le preguntan si quiere quedarse.
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